Con el auge de las aplicaciones móviles, un gran número de startups y empresas han conseguido ofrecer nuevos servicios de éxito gracias al uso de las APIs. Gracias a ellas, es posible combinar e integrar diferentes tecnologías con el fin de ofrecer soluciones innovadoras de forma rápida y sin utilizar grandes recursos.
¿Qué son las APIs?
Las interfaces de programación de aplicaciones (APIs) son el conjunto de funciones y procedimientos que ofrece una aplicación para ser utilizadas por una tercera aplicación. Esencialmente, simplifican la conexión de aplicaciones y plataformas, permitiendo añadir nuevas funcionalidades fácilmente.
Haciendo un símil con los bloques de LEGO, las APIs serían lo salientes que permiten unir los diferentes bloques (las aplicaciones), permitiendo unir diferentes bloques con el fin de crear una construcción única y compleja.
¿Cómo me puedo aprovechar de ellas?
El número de APIs ha crecido de forma exponencial en los últimos años, y se proyecta que para 2016 habrá más de 30.000 de públicas. Este gran número de interfaces ha generado lo que se conoce como la “economía de las APIs”, y permite crear nuevos modelos de negocio o aplicaciones de dos formas:
Creando APIs
Una opción es abrirse al exterior creando interfaces con el objetivo de que programadores externos utilicen datos o funcionalidades nuestras para crear valor. Esto nos puede permitir ampliar la utilización de nuestros sistemas por más gente, o aprovecharse de la innovación externa.
Un ejemplo sería la Google Maps API, que nos permite integrar por ejemplo los mapas de Google en una app móvil. En este caso conseguimos disponer de unos mapas de alta calidad sin esfuerzo y Google consigue datos de utilización y mostrar publicidad.
Otro ejemplo serían los Open Data que ofrece la TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona), que permite acceder y utilizar el detalle de líneas de metro y bus, frecuencias de paso, etc.
Consumiendo APIs
En consecuencia, la otra opción es aprovecharse de las APIs públicas para construir aplicaciones novedosas de forma rápida. Como las interfaces están bien definidas, es fácil añadir nuevas funciones de forma iterativa en pocos días.
Un ejemplo sería Uber, que se base en el uso de los mapas de Google y la geolocalización de los taxis.
Otro ejemplo muy interesante sería IFFT (If this then that), que utilizando las APIs públicas de muchas aplicaciones web permite crear pequeñas reglas para facilitar operaciones, como por ejemplo salvar fotos subidas a Instagram a Dropbox de forma automática. Yo, por ejemplo, tengo montada una regla que graba en mi calendario todos los checkin que hago en Foursquare, de forma que tengo el historial de los sitios que he visitado en mi calendario. Esto lo han conseguido uniendo las APIs de Google y Foursquare.
Así pues, si quieres crear una nueva aplicación o ampliar el ámbito de utilización de tus servicios, lánzate al mundo de las APIs!
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